RSS

Las cosas como estuvieron, las cosas como están, las cosas como estarán...


Esta entrada ha sido producto de aquello que se dio constantemente durante la semana: el haber recordado cosas con mamá, con mis *hada madrina y demás personas especiales en mi infancia...

Me gusta plasmarlo y hablar de los muchos recuerdos de mi infancia que vinieron a mi a lo largo de la semana pasada. Estos comenzaron el lunes cuando en una hora libre las niñas y los niños nos separamos, los primeros se fueron a jugar futbol, cuales niños de segundo de primaria; y nosotras nos fuimos a andar en bicicleta por las zonas aledañas a la Facultad de Derecho. Fue muy divertido, eramos tres, dos amigas y yo. Y por lo variado que es el circuito: subidas, bajadas, cruces, gente, hoys, charcos y pasto simplemente me encantó. Lo que más me gustó fue pedalear, pedalear, pedalear y sentir el viento en mi cara. Esta es una sensación que me fascina. Eso me llevó a pensar que de ahí se deriva mi gusto por los columpios, los juegos mecánicos fuertes, por los miradores y las terrazas o espacios abiertos donde el viento tiene oportunidad de acariciarme el rostro. Estas situaciones, que a fin de cuentas son muy simples, me hacen feliz. Me dan tiempo de pensar. Me refrescan física y mentalmente.

Y bueno, al andar en bicicleta me acordé de mcuhas cosas, como que mi primera bicicleta la trajo Santa Clós cuando yo tenía 4 añitos. Recuerdo que era color rosa, pero no era un rosa pastel de Barbie con brillos por doquier, sino un rosa fuerte, de chica ruda aventurera jajaja si me preguntan que es eso no lo sé, sólo así me sentía entonces.

También recordé que aprendí a andar a los 5 años. Me liberé de aquellas rueditas que representaban una dependencia. A partir de ahí se convirtió en una adicción andar en el patio, que era muy muy largo (o eso parecía...); o en el patio de la casa de la abuela, que también se veía muy grande, pero si hoy día me paro a verlo y lo pienso siento que es como de 2 x 2, una vez más cuestión de percepciones... Y recordé como fui una niña que se la pasaba en el parque y en el patio jugando, enmugrandome y corriendo, (y aún así era gordita jaja) y recordé cuantas cosas papá me enseñaba y sorprendía, recordé que me encantaban las cosas de niños, si tenía barbies y me fascinaban, pero prefería jugar en un circuito hecho con cajas y bloques a aplastar al monster truck de mi hermano con el mío, prefería organizar a mi hermano, a los primos y a los vecinos para jugar a las escondidillas, o ir con mi primo a casa del Hada Madrina a ofrecerle nuestros servicios de "lavado de lavadero", que consistían principalmente en acabarnos una bolsa de jabón roma al lavar el lavadero de la ropa, nos pasábamos un bueeen rato restregando la piedra de la que estaba hecho con un cepillo y jabón, con el fin de que quedara limpio y mi tía nos diera $5 a cada quien para comprar una pelota con ''el Don'' y continuar jugando en el patio...

Extraño muchas cosas, extraño tiempos, lugares y personas, que en algún momento desperdicié mucho, y aunque para remediarlo no tengo una solución, tengo una medida "preventiva" aprovechar al máximo lo que hay mi hermano ya no como un niño tierno y vulnerable, sino como un adole que me necesita; mi mom, no sólo como un ama de casa, sino como una mujer que se encuentra ocupada con un gran negocio que crece y aún con todo me brinda su apoyo; mi escuela, no como un lugar al que voy a que me metan conocimiento y ya, sino un lugar al que voy a aprender eso que me gusta y que sentará las bases para muchísimas cosas que necesito en mi vida, el lugar donde es posible que conozca aquella persona con la que he de compartir el resto de mi vida, o simplmente los más fieles amigos que he de tener, mi casa no como el lugar en el que me tocó vivir, sino como el lugar que tengo la oportunidad de compartir con aquellos con quienes no elegí vivir, pero aún así quiero. En fin, todo, todo lo que tengo ahora, jamás se volverá a acomodar como ahora, jamás se conjugarán todos esos elementos que tengo al mismo tiempo!

¡a aprovechar las cosas y personas que están día a día y cómo están!


- Carpe Diem -
Seize the day!

¿qué sigue después del desarme y la rendición?

Estos días, después de haber desnudado mi alma respecto a como me sentía y después de haber quitado mi mayor escudo y arma: la agresión para contigo; creo que me he encontrado perdida. He buscado no estar, mantener la mente ocupada. Esto lo he logrado con un seminario de presidencialismo en América Latina, hangear con personas, sumergirme en un libro de historia, e incluso, con una boba y ñoña (aunque sean adjetivos que califican casi lo mismo...) serie de televisión que me saca varias carcajadas...

Pero ¿a dónde va todo esto? es momento de que me siente y piense qué es lo que yo puedo hacer, la verdad creo que no mucho. Mis mayores recursos son hablados, y a ti ya te he susurrado, insinuado, hablado y hasta gritado, pero no me escuchas; ni siquiera sé si me oyes. No sé que hacer, no sé de todo lo que yo pudiese hacer qué es lo que te moverá a que reacciones, y en el escenario positivo a que estés aquí conmigo de nuevo. No quiero culparte, pero creo que después de haber dejado todas mis armas y quedádome completamente al descubierto he tenido un desbarajuste que únicamente me ha llevado a situaciones que no han sido las que se esperarían de mi, nada convenientes... Aunque ahora que me he dado cuenta, no tengo pretexto, no tengo porque echarte la culpa, soy un ser aparte, un ser pensante y racional, no una consecuencia de ti, no algo que dependa de tu estado para tener el suyo propio.

Creo que lo primero que tengo que hacer es poner orden. Y la verdad, me parece que lo más fácil de poner en orden es lo tangible, en mi caso, mi cuarto. Ya después ha de venir el orden en lo intangible, mi mente, mi alma. Lo tangible es únicamente un reflejo de la situación de lo intangible. No puedo pretender, aparentar, al menos no conmigo misma...

Estos dos días me acordé de ti por esto

Extrañar...

Hace tiempo que no escribo y, partiendo del porque comencé este blog, que aún es pequeño, creo que puedo justificarme al decir que no había habido algo que me confundiera tanto que fuera imprescindible escribir. Estos días me he topado con muchas y diferentes emociones, pero ha sido una en específico la que me ha confundido. Este sentimiento me ha conducido a una reflexión más profunda que la que he llevado a cabo con los demás sentimientos que tuve esta semana.

Esta semana cumplí 20, algunos se emocionan por haber cambiado el ''1'' por un ''2'' otros lo ven como haber entrado a LA década, otros encuentran un pretexto para armar una gran pachanga, algunos más lo vemos como una prueba más de que el tiempo pasa e indiscutiblemente habrán cosas que cambiarán. Es posible que no sea el mejor modo de verlo, pero sin saber exactamente el porqué, soy de las personas que prefiere las cosas como están. Prefiero el ''malo conocido'' que el ''bueno por conocer'', pues eso de no saber que sigue no me resulta emocionante o algo que me guste experimentar.

Sin embargo, la verdad de todo esto no es que vaya a extrañar ese ''1'' en mi edad, o que la propia edad sea la que me haga añorar las cosas. Mas bien pensé en plasmar realmente qué es el extrañar algo. Creo que la definición que yo podría dar de acuerdo con el contexto que tengo en este momento es que extrañar es ese sentimiento en el que buscas tener todo lo bueno que tenías con determinada persona, grupo de personas o situación. Cuando extrañas, es raro que te acuerdes de lo malo y de lo que detestabas de las personas o situaciones, sólo recuerdas lo bueno, lo que te hacía sentir bien, eso que ahora ya no tienes y que quieres volver a tener, compartir, vivir, palpar.

Esta semana extrañé. Me dí cuenta que huía de hacerlo, pero que extraño demasiado a alguien que siempre ha sido parte de mi vida y que siempre lo será, pues aunque dejase de ver a esa persona siempre compartiremos algo, un lazo que jamás podremos romper y que jamás se podrá disolver. Sin embargo, como en otras ocasiones traté de hacer algo para remediarlo, busqué un acercamiento, recordar su esencia, palparla, compartir algo de lo que solíamos compartir y esperé.

Pero ya que estaba conmigo, se armó una nueva situación, pues no es la misma persona. Cuando ya estaba aquí, yo no lo extrañaba más, incluso llegué a sentir más como un desprecio. Ya no quería que siguiera aquí. Creo que eso se debe a que su esencia ya no es la misma, porque aunque tenemos ese lazo irrompible, creo que no queda nada de lo que compartíamos. Creo que extraño eso que conocí durante tantos años y que ahora no sé dónde ha quedado. Entonces ¿qué se hace en estos casos? ¿qué se hace cuando se extraña tanto y no es algo que puedas volver a tener pero que necesitas? ¿qué hacer cuando estarías dispuesto a dar todo y cambiar tanto para, si no tener la misma situación o persona que antes, lograr tener algo con esa persona, algo que incluso sea mejor que lo que extrañabas?

Mucho de lo que me duele de ti es que no sé quién eres, qué piensas, qué quieres, a dónde vas y qué harás para conseguirlo. Pero lo que más me duele es que cuando te lo pregunto sólo dices que no sabes. Y al parecer no te interesa saber...

Una de las pocas cosas que creo todavía compartimos http://www.youtube.com/watch?v=cdxTKzBMPfE&feature=fvsr